Joan Miquel Oliver

Compositor, letrista de Antònia Font, y responsable del debut literario más sustantivo de 2009 con El misteri de l’amor. Joan Miquel Oliver es el artista pop más grande que ha dado la lengua catalana en los últimos treinta años.

Conocíamos su capacidad para explicar con absoluta naturalitat lo más inexplicable. También su ingenio para conseguir que lo más cuotidiano parezca realmente extraordinario. Y de la continua implosión de un universo que parece familiar y que después resulta inalcanzable.

Pero ni el más erudito en su razonable y fascinante astronomía podía esperar una supernova como esta: un disco de estudio, el segundo de su trayectoria en solitario, y un libro que lo desnuda de arriba a abajo, y descubre los secretos de la gestación con un recorrido del primer tema hasta su configuración final. Y es que, como decía M. C. Escher, el artífice de los dibujos imposibles “sorprenderse es la esencia de la vida”.

Vayamos por partes. Primero fué el àlbum, doce nuevas canciones que proponen un evocador y, en ocasiones, inquietante retorno al futuro. Con un título inspirado en uno de los clásicos helados de La Menorquina, “Bombón Mallorquín” (Blau, 2009) retorna por un momento a la infancia de un autor que, buscando la inocencia, encuentra definitivamente su voz.

Los especialistas hablaran de la tercera fase de los encuentros entre country y psicodelia (Lego), de la invención del reggaeton acústico (Avió de paper) y del trip-folk de la dupla Polo de llimona / Polo de menta.

Los recién llegados obtendran el visado de entrada a un mundo en que los marcianitos despiertan a la (cruda) realidad, en que los árboles miran a las farolas y donde las historias de amor tienen o no tienen finales felices. Y todos, los unos y los otros, convendran que escuchar estos 34 minutos de pop puro es como saborear una delicia de nata y chocolate bajo el cielo de agosto.